Desde hace varios días, la Tierra se ha internado a 30
kilómetros por segundo en la enorme nube de polvo y esquirlas que el cometa
109P/Swift-Tuttle deja tras de sí en su órbita alrededor del Sol. Como cada año, el cielo nocturno se llenará de
esta lluvia de perseidas, las conocidas lágrimas
de San Lorenzo, que serán especialmente visibles esta madrugada.
Las perseidas son visibles desde todo el hemisferio norte.
Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 kilómetros por segundo
y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora.
La máxima actividad de la lluvia se espera que tenga lugar
entre las 4 y las 17 horas de mañana, día 13, aunque la casi coincidencia del
máximo con el plenilunio complicará la observación.
Esta lluvia de
estrellas fugaces se produce porque los cometas, según describen sus órbitas
alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y
escombros rocosos que permanece en una órbita muy similar a la del cometa
progenitor. Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran numerosos
fragmentos.
Cuando la Tierra, en
su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los
fragmentos rocosos son atrapados por su
campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera formando
una lluvia de meteoros que –debido a la
fricción con los gases atmosféricos - aparecen brillantes durante una fracción
de segundo.
Así que, esta noche, buscad un lugar alejado de la
luminosidad de las ciudades y mirad al cielo oscuro para asistir a este
magnífico espectáculo…
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